La Compañía de Jesús impulsa un renovado proceso de discernimiento vocacional en Bolivia

29/04/2025

La Compañía de Jesús en Bolivia promueve un renovado proceso de discernimiento vocacional para impulsar el ingreso a la orden de aquellos que se preguntan por los jesuitas como una opción para sus vidas y sienten el llamado y el compromiso de seguir a Jesús llevando a cabo un acompañamiento espiritual cercano y personalizado, afirmó el padre jesuita Diego Quintana Orsini, coordinador de la Pastoral Juvenil y Vocacional.

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Además, el padre Quintana agregó que cuando una persona se siente atraída por la vocación jesuítica, el estilo de vida, la espiritualidad o la misión, se invita a que realice un proceso de discernimiento vocacional. Este proceso conducirá a la persona a optar, siempre en libertad, ya sea por la Compañía de Jesús, por otra orden religiosa, por el clero diocesano o por una vida laical comprometida. El discernimiento vocacional inicia cuando los interesados, desde ese momento llamados vocacionales, se ponen en contacto con la Compañía ya sea personalmente, escribiendo por WhatsApp al (+591) 77118200 o a través del portal web ser.jesuitas.bo y en las redes sociales jesuitas-bolivia en Instagram y Facebook.

El primer paso consiste en que el interesado vocacional conozca al coordinador de la Pastoral vocacional, así como a otro jesuita y se entreviste con ellos. Luego, se solicita el llenado de una ficha de registro vocacional, un formulario sencillo que permite tener un primer acercamiento a la historia personal y cumplido esto, se le ha hace una invitación a participar de un encuentro.

Los encuentros vocacionales son experiencias formativas que se realizan en diferentes comunidades jesuitas del país. En ellas, el vocacional, en un periodo de cuatro o cinco días, aprenderá sobre la historia de la Compañía de Jesús, recibirá una introducción a la espiritualidad ignaciana, experimentará la vida comunitaria, realizará actividades pastorales “y, principalmente, tendrá momentos de oración que lo ayuden a reflexionar sobre su propio proyecto de vida y el llamado que Dios tiene para él”, dijo el padre Quintana. De igual forma, agregó, el proceso de discernimiento vocacional tiene una duración de entre seis meses hasta un año y medio, recalcando que este período se sustenta en la oración personal, el acompañamiento espiritual, la participación del vocacional en diferentes experiencias apostólicas y pastorales, así como el aprender a vivir en comunidad. . Este año, tres jóvenes participaron activamente del encuentro vocacional. Uno viene de El Alto, otro de Potosí y un tercero de la ciudad cruceña de Montero, lo que evidencia la diversidad geográfica de los interesados. El encuentro se realizó en la comunidad Nuestra Señora de La Merced, en Santa Cruz. El padre acotó que el proceso también está abierto a personas de más de 30 años. Además, subrayó que iniciar un proceso de discernimiento vocacional nunca es una pérdida de tiempo, aunque el resultado final no sea el ingreso a los jesuitas, sino que lo importante es que el joven dé una respuesta a una inquietud que siente que viene de Dios.
El padre jesuita Quintana destacó que el proceso no se basa en convocatorias abiertas, sino en encuentros o entrevistas personales previamente acordadas, lo cual le permite dar razón sobre los postulantes, acompañar sus discernimientos y cuidar los ambientes sanos y seguros en todas las comunidades y experiencias que se vayan a realizar.

Una de las particularidades del proceso de discernimiento es su flexibilidad. Se adapta a los tiempos y realidades de cada persona. Muchos jóvenes trabajan o estudian, por lo que el discernimiento se ajusta a sus posibilidades. Es decir, si un “inquieto vocacional” tiene disposición de tiempo puede participar en una obra o una actividad, pero si está empleado no se le pide que renuncie, sino que “en conciencia reflexione sobre su llamado vocacional”, dijo Quintana. Tras este período, si el candidato desea ingresar, debe presentar una carta al Provincial de la orden. Si es admitido, iniciará su proceso de formación en el noviciado interprovincial en Quito, Ecuador.

Para Quintana, más allá del número de ingresos, lo esencial es responder a esa inquietud y no dejarla en suspenso para que no pase que luego de tener una vida definida, uno recién piense en que pudo haber optado por una vida religiosa. El proceso comienza en noviembre de cada año para tener a principio de la siguiente gestión a los vocacionales, pero continúa abierto en el año para quienes sientan esa inquietud.

“Lo que tratamos con el proceso de discernimiento vocacional es que la gente se vaya en paz, sea cual fuere el resultado”, porque es importante reconocer y agradecer el valor que tuvo la persona de buscar el camino y tratar de entender “cuál es la voluntad de Dios para su vida, que es los más noble que puede hacer un ser humano”, finalizó Quintana. El padre jesuita Carlos Diego Quintana Orsini, S.J. fue ordenado sacerdote en 2024.